domingo, 15 de febrero de 2009

Recomendaciones

Desde el comienzo de la carrera y a veces a manera de amenaza, los profesores, señalan que se trata de una carrera donde la lectura será abundante.

En ese sentido, considero que para la formación del abogado, sí hay una serie de libros que son fundamentales, para que pueda conocer conceptos e ideas, que dan lugar al Derecho, a la Teoría del Estado y a los Derechos Humanos.

En primer término podemos señalar Qué es una Constitución, obra de Fernando Lasalle, que establece una idea fundamental que debe de entenderse por una Constitución, pero sobre todo acerca de su contenido.

Otra obra que estimo es fundamental, porque explica el papel del Gobernante, así como la forma de llevar a cabo el gobierno de un Estado es el clásico, El Príncipe, obra del ilustre Nicolás Maquiavelo.

Posteriormente podemos considerar la lectura de El Contrato Social, del frances Juan Jacobo Rosseau, en la cual nos explica cual es el origen del grupo social y por supuesto del Estado, obra que debe de ser complementada con Leviatán, de Thomas Hobbes.

A efecto de que los alumnos de la Licenciatura en Derecho puedan conocer de forma adecuada las caracterísitcas de la división de poderes y de la existencia de un sistema de freno y contrapesos en el ejercicio del poder, se deberá de dar lectura a la obra de El Espirítu de las Leyes, escrita por el Barón de Montesquieu.

En el caso del Derecho penal, una obra fundamental es De los Delitos y las Penas, del italiano Cesare de Beccaria.

Una obra que resulta fundamental en la formación ética del abogado es Dialógos, de Platón.

Para comprender las características que debe tener un Estado Federal, como lo es México, se recomienda la lectura de El Federalista, una compilación de artículos públicados al inicio del Estado Norteamericano por Hamilton, Madison y Jay.

Un poco complicado, ya que se trata de un tratado más bien de filosofía, es Teoría Pura del Derecho, del ilustre jurista austriaco Hans Kelsen.

Por supuesto estas obras son fundamentales, pero no son las más importantes.

Adolfo H. Ramírez Vargas

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