viernes, 30 de abril de 2010

Garantías y procesos penales

De acuerdo con el texto de nuestra Carga Magna, en el país toda persona gozará de las garantías o más bien de la protección a los derechos fundamentales que la misma establece.


Entre las garantías de seguridad jurídica que se establecen en la Constitución Nacional, se contempla la de presunción de inocencia de toda persona, con lo cual de alguna forma se garantiza que tenga un proceso imparcial ante los tribunales, y sobre todo durante las investigaciones que realice el Ministerio Público en el ejercicio de las facultades que conforme al artículo 21 de la propia consttiución le corresponde.

Desafortunadamente cada día vemos más y más casos que nos hacen preguntarnos acerca del respeto a dicha garantía, así como cuestionar el papel que desempeñan tanto el Ministerio Público como los propios tribunales, ya sean federales o locales.

Entre esos casos, destaca por su impacto en los medios de comunicación, el caso de tres mujeres acusadas de haber mantenido secuestrados a 6 agentes de los cuerpos de seguridad, pero desafortunadamente no podemos considerar que sea el único caso que muestra abusos y/o excesos, así como también deficiencias en el actuar de las autoridades encargadas de la procuración de justicia.
En días pasados salieron libres las dos últimas que habían sido mantenidas presas por el referido secuestro, en virtud de una determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, misma que fue motivada por las irregularidades en la secuela de la investigación, pero que en particular pone en duda el principio de presunción de inocencia.

¿Como no dudar del respeto al principio de presunción de inocencia, cuando basta ver las imagenes de las mujeres?, que aun considerando que fueran muy violentas y aguerridas, cuesta trabajo creer que hayan podido someter y mantener secuestrados a 6 elementos de la Agencia Federal de Investigación, la cual surgio, se supone, como un cuerpo de élite en materia de seguridad pública, es decir, si tres mujeres índigenas y amas de casa pudieron mantener subyugados a seis agentes, ahora entendemos porque la lucha en contra del narcotráfico está prácticamente perdida, o al menos se comprende la razón de tan desastrozos resultados.

Hoy las mujeres ya estan en libertad, en sus comunidades, pero son un ejemplo más de abusos y excesos, mismos que implican en el fondo la revisión estricta acerca del cumplimiento de la garantía de seguridad jurídica y básicamente en el principio de presunción de inocencia.
En ese sentido, es de señalarse que el "errorcito" de la Procuraduría General de la República en la integración de la investigación, no tiene un modo de reparación por el tiempo perdido, ni por el ataque a la libertad de las mujeres, no basta con un "Usted perdone, nos equivocamos" a efecto de reducir esos abusos, debemos establecer más y mejores mecanismos de responsabilidad de los servidores públicos, para hacer que al menos otorguen una compensación económica, la cual por supuesto nunca será un medio para restituir la libertad y tiempo perdido, ni mucho menos el distanciamiento de sus familias, ni el daño psicológico que se les pueda haber generado.

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