martes, 7 de abril de 2009

Decálogo del Abogado

A lo largo de la Licenciatura, y mas aún, durante el ejercicio profesional de la Abogacía, escuchamos infinidad de veces frases relacionadas con el comportamiento adecuado que debemos tener en el desempeñó de tan noble profesión, toda vez que la abogacía implica tener un alto grado de ética y compromiso profesional, no sólo con el cliente o representado, sino con la sociedad en general.

Pero entre todas ellas destaca por supuesto un ideario profesional desarrollado por un jurista uruguayo, Eduardo Juan Couture Etcheverry (1904-1956), quien desarrolló el Decálogo del Abogado.

Diez principios, que de alguna forma deberíamos de considerar como los compromisos que debemos tener con nosotros mismos, con nuestra carrera, pero sobre todo, con la sociedad, la cual espera que aportemos lo mejor de nosotros cada día y logremos así que los ideales de justicia y libertad sean una realidad material, pero sobre todo, que sean generales y universales.

Esos diez principios, o más bien reglas de vida, son:

I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un poco menos Abogado.
El Derecho, o más bien las normas jurídicas, sus principios e instituciones, son productos humanos, por lo tanto son perfectibles, deben además de ser cambiantes, adecuarse a las nuevas condiciones sociales que se vayan generando, ya que de no ser así, la norma dejaría de ser eficaz; por lo tanto es deber del abogado mantenerse actualizado, continuar preparándose día con día, y más en un país como el nuestro, en donde la carrera de Licenciado en Derecho es de las más saturadas.

Asimismo, podemos señalar que la finalidad de estudiar es estar lo mejor preparados para la defensa de los intereses que nos son conferidos, no podemos hacer una defensa adecuada si no conocemos los medios para defender los derechos de los demás; peor aún, si no conocemos los derechos y las obligaciones que nos corresponden.

Por último, basta recordar que de acuerdo con el Código Penal Federal, el artículo 231 fracción I, considera delito alegar con una ley inexistente o derogada, lo cual solamente es resultado de la falta de actualización.

Lo anterior nos lleva a reflexionar acerca de la información que se puede obtener por Internet, ya que en mi experiencia como docente muchas veces me he encontrado con trabajos que se refieren a leyes de otros países, siendo responsabilidad del abogado confirmar la veracidad de su dicho.

II. Piensa, El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
Si bien es cierto que para ejercer la carrera de licenciado en Derecho, es necesario conocer una serie compleja de disposiciones jurídicas, ello no implica que debamos aprender de memoria su contenido, es mucho más importante comprender y entender cuando y por que se aplican dichas figuras, así como las obligaciones y derechos que nos conceden, y en consecuencia por el ejercicio diario y su utilización repetitiva al final las aprenderemos de memoria, pero es mucho más importante pensar y analizar la ley, comprender su sentido, no solamente su contenido en sentido estricto.
III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
Para lograr el éxito no hay formulas mágicas, solamente el trabajo y la constancia nos permitirán lograr que nos desarrollemos de forma exitosa.

Si bien la suerte pudiera favorecernos en ciertas ocasiones, para llegar o estar en un puesto determinado, será nuestro trabajo diario lo que hará la diferencia, entre nuestro trabajo y el de los demás. Pero además en el caso de los abogados, debemos de trabajar teniendo como objetivo la justicia, para poder restablecer el Estado de Derecho.
IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
Nunca debemos olvidar que nuestro compromiso es con la justicia, y que no siempre la ley será justa; es entonces cuando haremos valer nuestro conocimiento y nuestros razonamientos deberán de llevarnos a procurar la justicia, el bienestar colectivo.

Toda norma debe de fundarse en la justicia, en la libertad y la igualdad, tan es así, que dentro de la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 14, párrafo final, nos permite hacer una interpretación de la ley, así como de las lagunas o deficiencias que ésta tenga mediante la aplicación de los Principios Generales del Derecho.
V. Sé leal. Leal para con tu cliente, al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando el sea desleal contigo, Leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tu le dices; y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.
En el desempeño de la actividad profesional, debemos recordar que nos rige el secreto profesional, por lo tanto, la información que obtengamos con motivo de nuestra actividad, solamente debemos ocuparla para el desempeño de nuestra labor.

Pero además, la lealtad la debemos entender también como un principio ético, que nos obliga a mantenernos en nuestra posición, pero sobre todo a conducirnos con la verdad.
VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
Una de las cuestiones fundamentales en las relaciones humanas es el respeto, no podemos exigir que alguien respete nuestros derechos o nuestras opiniones, si nosotros nos mostramos intolerantes.

Debemos estar abiertos a nuevas y diferentes formas de ver las cosas, no debemos olvidar que las normas jurídicas pueden ser interpretadas y ello hace que la visión y alcance que se tenga de las mismas sea diferente.

Pero esa diferencia en las formas de pensar, es precisamente lo que hace que la propia democracia funcione y permite además la cohesión de los grupos sociales.
VII. Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
A pesar de que a veces no es fácil seguir este principio, no debemos olvidar que la mayoría de las cosas tienen un tiempo y un momento en el cual van a suceder, y que muchas veces el apresurar los acontecimientos no nos permite estar preparados adecuadamente para afrontarlos.

Asimismo, en materia lega no debemos olvidar que los tiempos son precisos y los plazos y términos son fatales, ya que por el simple paso del tiempo podemos perder un derecho o un bien, lo que nos obliga a estar al pendiente y ser sigilosos con nuestro trabajo.
VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.

Uno de los problemas actuales, es el relacionado con la Cultura de la Legalidad, pero debemos de estar consientes que la mejor forma de resolver los conflictos y asegurar el respeto a nuestros derechos será siempre por el camino de la Ley.

Desafortunadamente la aplicación de la Ley, no siempre estará encomendada a los más capaces o a los mejores, pero a pesar de ello, no podemos permitir que nuestras pasiones guíen nuestros actos, debe ser la Ley la que regule nuestras actividades diarias, pero recordando que la ley si bien nos protege y reconoce derechos universales, también nos obliga a respetar los derechos de otras personas; cobrando importancia por lo tanto el principio que nos habla de la tolerancia, ya que las relaciones humanas son una constante bilateral de reconocimientos.
IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

Toda vez que el ejercicio diario de nuestra profesión esta encaminado principalmente a resolver controversias y representar intereses que no son propiosw, a veces podemos llegar a tomar una posición personal en algún asunto, dejándonos llevar por nuestras propias pasiones y defectos, cuando nuestro papel, si bien es cierto nos exige lealtad con nuestro representado, lo cierto es que no nos obliga a tomas cuestiones profesionales como personales.

Asimismo, debemos de mantenernos humildes, no vanagloriarnos de nuestras victorias, pero tampoco dejar pasar por alto los errores, toda vez que debemos aprender de ellos.
X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado.

Muchas veces quienes estudiamos la Licenciatura en Derecho, llegamos a ella por muchas razones, algunas de ellas -la mayoría- económicas, pero una vez que hemos decidido dedicarnos a su ejercicio de forma profesional, debemos aprender a querer esta profesión , la cual nos podrá enseñar muchas cosas acerca de la naturaleza humana, de lo bueno y lo malo, pero sobre todo debemos respetarla y estar orgullosos de la misma, así como en ocasiones aprender a burlarnos de nosotros mismos.

El ejercicio de la Abogacía debe ser un orgullo, ya que somos los guardianes de los valores supremos que mantienen unida a una sociedad, somos los encargados de ayudar a la resolución de controversias.

8 comentarios:

  1. MUY BUENA INFORMACION MUCHAS GRACIS ES MUY UTIL Y QUE BUENO QUE SOBRE TODO LA INFORMACION X Q LUEGO HAY ENVIDIOSOS QUE LA SUBEN Y NO SE PUEDE COPIAR Y ASI QUE CASO TIENE O DE QUE NOS SIRVE

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  2. exelente informacion. lo felicito por su buen trabajo

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  3. Me hizo recordar mis tiempos de estudiante, y a pesar de que siempre tengo presente cada uno de los puntos, es necesario leerlo de vez en cuando para precisar y reafirmar los mismos.
    Atte. Lic. Arteaga

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  4. es lo primero k usamos al empezar esta carrera y es ser leal a la carrera

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  5. gracias por la informacion

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  6. Muy buena informacion. Gracias :)

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  7. Es importante tener presente, el decálogo ya que de ahí se encamina a como serán los valores de cada estudiante que logra formarse como Abogado.

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